Peppo respondió "sí". Hoy anunció que se baja. El gobernador peronista había intentado sin éxito el apoyo de Alberto Fernández frente al fuerte respaldo de Cristina Kirchner al intendente de Resistencia Jorge Capitanich. Fernández conversó con todos en busca de una solución prolija, pero tras un fallido intento de acuerdo entre Peppo y Capitanich (iban a ser ambos candidatos testimoniales por la misma lista de senadores nacionales), terminaron enfrentados como precandidatos a senadores nacionales.
El domingo 11 de agosto, el intendente Capitanich pasó los 40 puntos, mientras que su adversario logró 19,30% con apoyo de un puñado de intendentes. Capitanich, a diferencia de Peppo, tenía la autorización legal para pegar su boleta a la boleta oficial partidaria de Fernández y Fernández de Kirchner.
Unos días más tarde, el viernes 16 de agosto, Alberto Fernández charló a solas con Capitanich en su oficina de la calle México. Y el miércoles 21, después del encuentro de gobernadores en contra de los anuncios económicos del Gobierno, Peppo fue también hasta México al 400.
El equipo del candidato a presidente difundió fotos de todas las reuniones de ese día con gobernadores. Sólo mantuvo en reserva la del chaqueño. Durante la charla, Fernández fue concreto: con los resultados de las PASO convenció al gobernador sobre una derrota segura. "Si te bajás ahora evitás la derrota", le aconsejó, y ofreció, en caso de ser presidente, la embajada en Asunción, Paraguay, a media hora en avión de su provincia.
Fernández no hubiera podido hacer una promesa como esta antes de su contundente triunfo en las primarias. Por eso ahora pudo convencer a Peppo. Además ambos saben que se necesitan mutuamente: el gobernador que termina su mandato para no quedarse fuera de juego y el candidato a presidente para evitar heridos en las elecciones.
