El ex magistrado responsabilizó a Molina al declarar en indagatoria ante el juez federal N°2 de Corrientes, Juan Carlos Vallejos, y los fiscales federales Flavio Ferrini y Carlos Schaefer, que llevan adelante la causa de las escuchas ilegales.
Pablo Molina también se presentó, pero no declaró y dejó un escrito.
Soto Dávila dijo este martes que “Molina violó todos los principios de confianza y responsabilidad entre el funcionario y el magistrado”, y que él no fue "más que un mero instrumento no punible por carecer de dolo, que permitió el perfeccionamiento del presunto delito de falsedad ideológica”.
Según dijo el ex juez ante Vallejos, “no había beneficio” al involucrarse en el supuesto delito, ya que las personas damnificadas en las escuchas eran "de exclusivo interés para Molina".
Corrientes en el Aire pudo saber que los teléfonos de un ex novio de la pareja de Molina así como de la mujer fueron "pinchados" en septiembre de 2014 tras un pedido del secretario judicial dirigido a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) mediante la autorización de Soto Dávila.
Según la reconstrucción de los investigadores, Molina habría sospechado de una infidelidad de su esposa, por lo que los incluyó en un listado de números telefónicos pertenecientes a integrantes una supuesta organización narcotraficante que operaba en Corrientes.
Los CD con las conversaciones grabadas fueron hallados en marzo de este año, traspapelados en un escritorio que utilizaba Molina en el juzgado de la calle 25 de Mayo. Por entonces el ex funcionario permanecía detenido en Buenos Aires, procesado por supuestos beneficios a cambio de coimas a narcos.